El edificio está construido alrededor de una roca de yeso, sobre la que descansa la capilla de la Virgen de Magallón. Ahora la capilla está situada en la tercera planta, ya que poco a poco, se excavó la loma para añadir más y más estancias. Grandes salones, alcobas, cocinas y ... mucho más.
A continuación, algunas de las estancias que hay.
¿Quieres visitarlas o reservarlas? Rellena este formulario o dirígete a la Fundación (patronatolecinena@gmail.com). La capilla se puede visitar siempre que esté abierto el portón o el ascensor (sábados y domingos de 10 a 18h) o cuando esté abierto el albergue.
Cuesta creer que el edificio se construyera a partir de esta planta, pero así es. Por eso, comenzamos por arriba.
Para acceder a ella, se puede subir por la escalinata, la escalera interior o incluso por un ascensor que hay a la derecha del edificio.
La más admirada, por sus grabados en la pared, por su artesonado, su suelo, su acústica, y por ser la sala central desde la que se accede a otras.
Entre sus muros se ha producido música, teatro, charlas de todo tipo, celebraciones, danzas, etc.
Llamada así porque fue la sala que acogía una vez al año al gremio de cereros de Zaragoza, que donaban todas las velas que necesitaba el edificio en un año.
Una sala con capacidad para unas 150 personas, que ha vivido grandes celebraciones, con vistas a la explanada desde sus 4 balcones.
Desde hace unos años, junto a la sala Cereros y a la Magallón, hay una cocina completamente equipada.
Con acceso a la Sala Magallón y a la sala Cereros, se construyeron unos baños en esa planta.
De la Sala Magallón se accede a un pasillo muy amplio que conduce a la capilla de Nuestra Señora de Magallón.
La Virgen descansa en un camarín, frente a un amplio espacio con bancos y un coro en lo alto.
Bajo el camarin de la Virgen, se encuentra la cripta del Pastor Marcén, restaurada hace unos años y visible desde las escaleras principales.
Entre la Sala Magallón y el restaurante, hay unas escaleras interiores que descansan en esta planta.
La Asociación Virgen de Magallón, buscando un lugar que recordara el uso que habían hecho durante generaciones los vecinos de la comarca, construyó esta sala con cocina totalmente equipada, chimenea, una mesa y sillas para unas 30 personas.
Esta sala está ubicada justo encima del restaurante y su estructura es similar. Ambas tenían un hogar, una cocina, un amplio salón y tres alcobas. Allí se alojaron muchas personas.
Ahora es un espacio diáfano muy amplio con 3 balcones a la explanada.
Cuando se abre el portón, aparece frente a ti una amplia escalinata blanca con baldosines y madera, que accede a la Capilla y a los salones principales.
A la derecha, se ve el hueco de una puerta que daba a la casa del Santero y a las caballerías, ahora desaparecidas, tras declararse ruina en 1987, ya que esa parte tiraba del resto del edificio.
A la izquierda, la entrada a un espacio con vitrinas donde se cuenta la historia del edificio y se exponen recuerdos y emblemas del mismo.
Más allá de esa entrada, está la puerta al restaurante. Y desde allí, se accede al albergue.
Totalmente reconstruida, se alza una escalera en dos tramos, de altos techos, con varios óculos hacia el sur y al oeste.
Esta sala recibe a los visitantes que quieren saber más sobre el edificio. En sus vitrinas, se recoge la historia del mismo, con todos los elementos que han considerado importantes para su comprensión.
Más allá de la sala de vitrinas, comienza la escalera interior que accede a los salones de la segunda planta.
Y, tras la puerta siguiente, encontrarás el restaurante y el albergue.
Con acceso desde la calle y desde el restaurante, estas salas están gestionadas por el albergue.
Todavía están los antiguos pesebres donde comían los caballos. No hace mucho que se usaron como tal, pues durante unos cuantos años, en enero, se conmemoraba la Batalla del Llano, que tuvo lugar durante la Guerra de la Independencia, y venían jinetes de media España.
Actualmente constituye la entrada principal del albergue, y es una sala polivalente con sillones y mesas antiguas, donde poder celebrar eventos de todo tipo.
Este espacio, con suelo de madera y paredes de piedra, se conserva siempre a 20º, tanto en invierno como en verano.